El actual Museo Azul de la Semana Santa, de convento franciscano a hospital de beneficencia

400 años han pasado desde la edificación del Convento de San Francisco de Lorca. En él actualmente se ubica el  Museo Azul de la Semana Santa (MASS), pero dicho edificio ha tenido múltiples funciones desde su construcción, desde convento franciscano hasta dependencias de Cruz Roja. Sin duda su conversión de Convento a Hospital de Beneficencia en el año 1839 marcó un antes y un después en la historia de la Lorca del siglo XIX.

En esta publicación conoceremos cómo, cuándo y  por qué la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se establece en el Convento de San Francisco. Para tener una idea bastante aproximada de la vida de esa institución benéfica a lo largo de su historia en la ciudad, es conveniente extractar lo más relevante del artículo que Escobar Barberán dedicara en “El Hospital de Lorca”.

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Tenía nuestra ciudad en el siglo XVI un hospital denominado <<Nuestra Señora de la Concepción y San Antonio>> en el que habían venido a refundirse los tres antiguos de San Julián, Santa Ana y San Antonio.  Este inmueble constaba de cómodas estancias para los enfermos y le era aneja una capilla llamada de la <<Purísima Concepción>> por su titular, arcaica imagen que, aún cuando sentada y con el Niño Jesús en brazos, llevó la advocación de tan augusto misterio. Dicha edificación tenía un gran patio central donde se estableció el primer Corral de Comedias, donde se representaban obras teatrales, a las que solían concurrir los Cabildos (el de la ciudad y el de la Colegiata de San Patricio), pues, tenían asiento en lugar preferente como patronos natos del hospital, según Bulas Apostólicas.

Ocupaban, el Hospital de la Concepción y San Antonio, lo que hoy es el Casino, en la antigua Calle de la Parrica, y Calle de Posada Herrera, actual Pio XII, y la Capilla, la contigua casa nº 6 de la Calle Lope Gisbert.

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Antigua Calle de Posada Herrera, actual Pio XII.

En lo referente al gobierno del Hospital de la Concepción y San Antonio su disciplina y orden interior dejaban mucho que desear; es de plena evidencia que los hospitales dirigidos por religiosos o religiosas están mucho mejor gobernados y servidos que cuando lo son por gentes seglares o asalariados. No se trata meramente de la asistencia material, de la cura de enfermos, de su alimentación, lavado, ropería, limpieza y aseo. La beneficencia y la misericordia requieren algo más que no está al alcance del enfermero a sueldo: compadecerse del dolor ajeno, llevar el consuelo y la resignación cristiana al ánimo del pobre infeliz que sufre; y esto solo puede hacerlo quien a ello voluntariamente se consagra por caridad y amor a Dios.

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Vista de Lorca en el año 1740. En el margen izquierdo aparecen Iglesia y Convento franciscano.

Comprendiéndolo así, el Cabildo de la Colegiata y el de la Ciudad, decidieron acudir a los religiosos de la venerable Orden de San Juan de Dios, proponiéndoles que se encargaran de la administración y régimen del Hospital. Los PP. Del Definitorio del Orden de la Hospitalidad de San Juan de Dios reunidos en Madrid el 8 de abril de 1663, acordaron aceptar la propuesta de fundar Convento en Lorca, mediante la entrega que se les hiciera  del << Hospital de Nuestra Señora de la Concepción y San Antonio>>. En el traspaso se comprendía el Hospital y además la Iglesia y casas anejas y cuantos bienes componían su hacienda. El 27 de Diciembre de 1663 tras dar a la Orden el inventariado detallado de las imágenes, ornamentos y bienes y títulos de pertenencia, quedaron establecidos en Lorca los Hospitalarios de San Juan de Dios. Fue muy grande la transformación que en su estructura y régimen interior sufrió, abierto a todo pobre miserable, quedó convertido en una  verdadera casa de Dios, por el espíritu de unión religiosa que es su ambiente reinaba. Debido a que este hospital estaba destinado solo para el cuidado de varones en 1753 quedó concluido y abierto el Hospital San Juan Bautista para las mujeres establecido en la antiquísima calle Carril de Caldereros. Siguieron su vida dichos hospitales sostenidos por sus bienhechores hasta la guerra de la Independencia, como consecuencia comenzaron a decaer ambos hospitales; fue a partir de 1822 cuando dichos establecimientos de beneficencia se vieron gravemente afectados tras una ley que incautó todos los bienes, fondos rentas de estos hospitales, así mismo se produjo la declaración de venta de los bienes de los conventos hasta que finalmente en 1855 se promulgó la desamortización general. Como consecuencia los hospitales de San Juan de Dios y San Juan Bautista desaparecieron. Sustituyó a esos dos antiguos hospitales, el actual de San Francisco.

La tristísima y deplorable situación en la que se hallaron los citados hospitales de San Juan de Dios y San Juan Bautista al privárseles de sus bienes, fue tan grande que la Junta Municipal de Beneficencia recurrió ante S. M. la Reina Gobernadora en 1838 pidiéndole que se dignara conceder el edificio del Convento de San Francisco de la Puerta de Nogalte y su Iglesia, a fin de establecer allí el hospital o casa de Beneficencia, refundiéndose en ésta los otros dos. Pocos meses después se mandó que desapareciese del Convento de San Francisco << todo emblema o significación de su anterior destino, ennobleciendo su fachada>>. Finalmente el 19 de Noviembre de 1838 bajo el reinado de Isabel II, la Ilustre Junta de Beneficencia de esta Ciudad siendo su Presidente el Alcalde 1º Constitucional Don Blas Eytier y Comisarios Don Pedro Eytier y Don Francisco Carrasco se funda el Establecimiento.

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Entrada a la enfermería del Hospital de San Juan de Dios.


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Quirófano del Hospital.

El gobernador eclesiástico del Obispado, ordenó al párroco de San Mateo que entregara a la Juta Municipal de Beneficencia las llaves del templo de San Francisco, << con todos los efectos que pertenecías y eran necesarios para la celebración del culto>> y al mismo tiempo concedió licencia para que en dicha Iglesia se pudiera oficial el santo sacramento de la misa, y las funciones que la piedad de la Junta tuviera a bien disponer, así mismo el párroco de San Mateo tenía derecho a intervenir en la predicación, administración de sacramentos y en cuantas funciones se celebraran públicamente en ese templo y si en su caso gustaba, lo podría practicar el capellán de la Casa de Beneficencia cediendo los honorarios en beneficio del establecimiento. De la misma manera se mandó entregar a la Junta los efectos pertenecientes al culto de la Iglesia de San Juan de Dios (de la capilla de la Concepción), que fueran necesarios en la de San Francisco. Fue entonces cuando se trajo la imagen de la titular, que ocupa una de las capillas laterales. La de Ntra. Sra. de la Soledad y San Rafael, que eran de igual procedencia, pasaron a San Mateo.

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Imagen titular de la Capilla de la Concepción, actualmente en la Iglesia de San Francisco.

El hospital del ex – Convento de San Francisco, estuvo regido y administrado por la Junta Municipal de Beneficencia, hasta el año 1875, en que se nombró de R. O. La Junta de Patronos que aún subsiste, y desde el año 1859 se encuentra servido por las Hermana de la Caridad (Hijas de San Vicente de Paul), que tienen también allí clases para la enseñanza, donde se educa e instruye a la mujer lorquina, y cuidan de las huérfanas, utilísima y utilitaria institución fundada en Lorca en el siglo XVIII. Sus talleres de confecciones y bordados gozan de justo renombre. Llegaron a Lorca estas heroicas religiosas el día 4 de Agosto de 1859, y fue primera presidenta Sor María Dormaignac.

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Entrada al Hospital de Beneficencia regido por las Hermanas de la Caridad.

Es el único centro benéfico de esa índole con que contamos y a todo buen lorquino debe interesarle el que subsista por siempre, pero con vida desahogada y próspera y no con la penuria y escasez que viene sufriendo. No basta para el sostenimiento de un hospital tan importante, como el nuestro, el fervor y el celo. Se necesita más para tanto gasto como allí se ofrece, se necesitan recursos económicos, pues, los que se tienen son muy limitados.

[…]

Y así fue cómo la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios llegó a la ciudad Lorca y de qué manera terminaron estableciéndose en el Convento de San Francisco. En posteriores publicaciones iremos desgranando las diferentes modificaciones que sufre el establecimiento de beneficencia durante el siglo XIX.

Juan Bautista Mateos Alcolea

Bibliografía:

– “Clavis 8” Historia arquitectónica del Convento de San Francisco de la Puerta de Nogalte, MUÑOZ CLARES. Manuel.

– Archivo de la Hermandad de Labradores, Paso Azul.

 

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