Santísima Virgen de los Dolores.

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La Virgen de los Dolores ideada por el maestro José Capuz para el Paso Azul se encuentra arrodillada sobre una piedra del Calvario, de ahí su pequeño tamaño. Desconsolada al pie de la Cruz tras la muerte de Cristo, –concretamente entre el sexto y el séptimo dolor, es decir: esperando el entierro de su hijo mientras lo contempla yacente frente a ella– muestra una mirada serena, con un dolor contenido «sin llanto pero con congoja, que es la única dignidad del dolor», en palabras de José María Castillo Navarro.

Es una obra de talla completa a diferencia de la imagen desaparecida durante la Guerra Civil. La Virgen lleva un traje en tonalidades marrones, cubre su cabeza con una cofia, que se puede ver bajo la puntilla del manto, y calza sandalias al estilo de la Judea del siglo I, lo que demuestra la exhaustividad del autor a la hora de documentarse para el trabajo. Su rostro es sereno, de un dolor idealizado y espiritual, y presenta unas suaves facciones, con nariz recta, labios finos y tersas mejillas. Lleva las manos encogidas sobre el pecho, que está atravesado por una espada de dolor, cumpliéndose así la profecía del anciano Simeón formulada en la presentación del Niño en el templo: el primer dolor de la Virgen. «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción —¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!— a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».

Rompe la tradición murciana de las Dolorosas salzillezcas que miran al cielo, modelo seguido por escultores como José Sánchez Lozano, siendo una imagen única, que mira a sus hijos azules con infinita ternura.

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Evolución de los tronos.

IMG_5028-2Tras la llegada de la obra de Capuz, en 1943 se estrena un nuevo trono de madera tallada y dorada, de sencilla decoración y realizado en Murcia, que se conformaba a la manera del trono anterior a la Guerra Civil, es decir, con los faldones que hiciera Cayuela, delante una cruz con el sudario, llevando en el frente el paño del Ángel Velado y en los laterales los de la Magdalena y San Juan. Incorporaba seis varales para el palio y, delante de la imagen, los candelabros. Este trono, de estética neobarroca, fue adaptado posteriormente para la imagen de María Magdalena que realizara el tallista valenciano Vicente Benedito en 1949.

IMG_5031-2En un proyecto de mayor ambición, en 1949 se hizo el trono de ángeles, llamado así por llevar talladas en madera en los lados ocho de estas figuras, de considerable tamaño. Fue realizado por Vicente Benedito, y se componía de una amplia estructura de madera que servía de base a un cuerpo de menor tamaño sobre el que iba la imagen. Se cree que el propio Capuz inspiró partes del diseño, pues durante el proceso de negociación para la realización de la imagen de la dolorosa, la directiva azul le pidió que bocetase un trono. Años más tarde, cuando se realizó el encargo a Benedito, hay constancia de que se le entregó un ‘croquis’ CCI11032017-2por parte de la Hermandad de Labradores. Además, los susodichos ángeles guardan gran parecido con los presentes en los tronos diseñados por José Capuz para el Yacente de Cartagena y para el Catafalco del Santo Sepulcro de Málaga.

Este mismo trono se reformó de manera profunda en 1969 por parte del afamado Francisco Palma Burgos, afincado en Úbeda y de gran fama en el panorama cofrade de la provincia de Málaga Se ampliaron en gran medida los elementos decorativos, se le dio la vuelta a la plataforma y se modificó la Segunda modificaciónestructura del palio.

Más tarde, durante la década de los 70 y a instancias de Castillo Navarro, a este mismo trono se le elimina la plataforma. Además, se realiza un nuevo palio en un taller de Lucena, esta vez de 10 varales y se sustituyen los candelabros por unos «de Cola», también manufacturados en la localidad cordobesa.

En 1981 se estrenaría otro labrado en bronce y dorado, (aunque se mantendrían los varales del palio y los candelabros del anterior). Una obra de gran clasicismo realizada por el orfebre sevillano Fernando Marmolejo Camargo, considerado como el mejor escultor hispalense del siglo XX y que más tarde se encargaría de confeccionar la corona y el puñal usados durante la Coronación Canónica de Nuestra Madre.

El actual, de andas, es del orfebre sevillano Juan Borrero y fue estrenado en la Semana Santa de 2007.

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Trono actual.

Tanto el boceto como el trono fueron realizados por el orfebre sevillano Juan Borrero, que ya había trabajado para la cofradía realizando la corona y las potencias del Cristo de la Coronación y los elementos en plata del
2016-2 copiatrono del Cristo Yacente, siendo necesarios dos años de trabajo y más de 250 Kg. de plata de primera ley para completar esta magnífica obra.
Se trata de una canastilla profusamente labrada, calada con un dibujo barroco realizado a mano. La componen diversos motivos florales y vegetales, fuentes, vellocinos, capillas, pequeñas columnas con sus capiteles, y escenas de la vida de la Virgen y el Redentor.

medallón trono virgenEn este caso se escogieron los momentos amables de la vida de María –Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, la Visitación, la Anunciación…– más que los propios relacionados con la pasión de Su Hijo. En los contrafuertes aparecen alegorías de las letanías de la Virgen, y en la parte principal de la canastilla figura la escena de la profecía de Simeón mencionada anteriormente. Este es el primero de los siete dolores de la Virgen, por eso dos ángeles de marfil que sostienen una espada presiden la escena.

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Los basamentos de los diez  varales están formados por capillas con tallas del colegio apostólico, San Francisco y San Isidro Labrador, en alusión al carácter labrador de nuestra Hermandad. La peana en la que se sitúa Nuestra Madre está ricamente labrada con querubines y ángeles llorones en los ángulos, y los emblemas de nuestra Hermandad. Por otro lado, los candelabros, configurados a modo de copas de los que salen ramas bellamente cinceladas, están coronados por siete tulipas isabelinas realizadas en la Real Fábrica de Cristal de la Granja y albergan velones de cera que aportan una luz tenue. Cabe destacar que las tulipas tienen el mismo diseño que las presentes en el trono anterior a la Guerra Civil, pues aún se conservaban algunas y se pudo reproducir el diseño.

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En cuanto a bordados, en el trono destacan los paños de San Juan y la Magadalena de Cayuela dispuestos en los laterales, el palio con las estaciones del Vía Crucis diseñado por Emiliano Rojo, un cojín realizado en terciopelo granate bordado con motivos en oro y pequeños detalles de seda y un paño bordado como frontal en el que figuran el anagrama de María y distintos motivos vegetales, ambos dirigidos por Joaquín Gimeno Mouliaá.

El adorno floral durante los actos de Septena se compone de orquídeas, mientras que durante Semana Santa está compuesto de rosas de delicado color rosa.

Portapasos.

17192034_1294952517238384_2367959199696102564_oLa imagen es portada a hombros por 92 mayordomos portapasos ataviados con túnicas en las tonalidades del azul del manto de Cayuela y con el cíngulo franciscano (3 nudos), que a ritmo sereno y constante mecen con extrema ternura a la Stma. Virgen de los Dolores en su desfile por la carrera.

Para financiar la compra del trono, los mayordomos azules que así lo desearon efectuaron donaciones, adquiriendo de esta manera orden de preferencia para desfilar en el mismo.

Se realizan todos los años numerosos ensayos en los que los portapasos se preparan para las procesiones de Viernes de Dolores y Viernes Santo. Cada uno de ellos soporta aproximadamente 18 kilogramos sobre uno de sus hombros, sin cambiar este durante todo el recorrido y sin relevo de portapasos. Unos 1700 kilos pesa el trono de la Stma. Virgen de los Dolores en sus salidas procesionales, cuyo recorrido ronda los 1.600 metros el Viernes de Dolores y los 2.500 el Viernes Santo.

El 30 de marzo de 2007 salió a las calles de Lorca por primera vez la Virgen de los Dolores de Capuz acompañada de sus portapasos un Viernes de Dolores.  Desde entonces, ellos son los encargados de lucir de manera espectacular a la titular del Paso Azul.

A diferencia de los otros dos tronos, el de la Virgen no cuenta con Hermano Mayor, estando el capataz del mismo bajo la autoridad del presidente. Desde el año del estreno, Fernando de San Mateo Navarro ha sido el encargado de desempeñar esta función de forma magistral.

Acompañamiento musical.

La Agrupación Musical Mater Dolorosa es la encargada de acompañar a la Stma. Virgen de los Dolores durante sus salidas procesionales. Ataviados con trajes militares de gala de la época de Alfonso XIII, se encargan de marcar el ritmo a los portapasos y de crear un ambiente de amor y recogimiento al son de su música, que anuncia la llegada de la Madre Azul.

Entre las composiciones musicales que interpretan en procesión destaca la adaptación del Himno de la Stma. Virgen de los Dolores, compuesto a mediados del siglo pasado y que constituye una de las señas de identidad tanto de la Hermandad de Labradores en sí como de todos los actos relacionados con la titular de la cofradía.


Texto: Antonio Mariano Hernández; Miriam Lorente; Daniel Navarro; Adrián Páez. Documentación: Archivo Paso Azul; Revista AZUL; GuiAzul; La Verdad; Perspectivas de la Semana Santa de Lorca; Apuntes Azules: Una visión diferente del Paso Azul; Apuntes para una historia del Paso Azul. Fotografías: Archivo Paso Azul, Fco. Javier Martínez García, Alejo Molina.

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