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El taller de bordados de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, realiza la casulla del sacerdote D. José Miguel Jiménez Atiénzar

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Bordados sobre terciopelo azul, los motivos de la casulla incorporan elementos alusivos a las devociones personales del propio sacerdote

Como parte de su actividad, el taller de bordados de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, recibe en ocasiones encargos particulares que suponen un reconocimiento a su nivel artístico. En cada una de las realizaciones que emprende, nuestra hermandad se mantiene fiel a las técnicas y procesos tradicionales del bordado lorquino, comprometiéndose con su pervivencia y con la labor que bordadoras y directores realizan para el engrandecimiento de patrimonio del Paso Azul y de Lorca en su conjunto. Prueba del afán de excelencia que caracteriza al bordado azul es la nueva casulla sacerdotal que ha sido presentada este martes en la iglesia de San Francisco.

El ya sacerdote de la diócesis de Cartagena, don José Miguel Jiménez Atiénzar, encargó a la Hermandad de Labradores la casulla y el conjunto de elementos litúrgicos que lo acompañaron en su ordenación sacerdotal, celebrada el pasado 13 de julio en la Real Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, patrona de Cartagena.

Las piezas que forman este conjunto, además de la casulla, son la estola, el manípulo y el juego de altar, compuesto de cubre cáliz y palia. Todas ellas están realizadas sobre tela de brocado color crudo y oro y forradas en moaré azul con remate de galón de oro entrefino. Los trabajos de bordado y costura de las prendas comenzaron el 22 de abril de 2024 y concluyeron el 3 de julio del mismo año, realizándose íntegramente en dependencias del Paso Azul.

La mayor parte de la decoración bordada del conjunto se concentra en la casulla, cuyo corte sigue el modelo de la casulla tradicional hispana conocida como “de guitarra”. En ambas caras, la pieza presenta bordadas sobre terciopelo azul de algodón seis cartelas flanqueadas por elementos ornamentales entre los que destacan las hojas de parra, las uvas y las espigas, motivos alusivos a la función eucarística de la propia casulla.

 

Las cartelas muestran emblemas propios de la fe católica que vienen a simbolizar las principales devociones del sacerdote, quien aportó las indicaciones básicas sobre el diseño de la casulla y la iconografía que habría de representarse. En la parte delantera figuran el corazón atravesado por las siete espadas, símbolo de la Virgen de la Caridad, patrona de Cartagena; el anagrama de María coronado, escudo de la agrupación de la Virgen de la Soledad Marraja, y el Águila de San Juan, escudo de la Agrupación del San Juan Marrajo. En la parte trasera, por su parte, aparecen el Corazón de Jesús, el cristograma JHS y la cruz de Santiago, patrón de España.

De esta forma, se trata de una vestimenta cargada de simbolismo, principalmente centrado en la devoción a María, a Jesús y a los santos apóstoles que lo acompañaron. Es destacable el carácter “cofrade” de dicha casulla, ya que en su mayoría son símbolos propios de las devociones personales de D. José Miguel. Por su parte, la estola, manípulo y cubre cáliz también están bordados con cruces griegas y rematados por galón.

El bordado de las piezas ha sido confeccionado al estilo tradicional lorquino en canutillo de oro mate, brillo y briscado, realizando combinaciones entre los realces y puntos cortos, rescatando algunas técnicas antiguas como los puntos de arenilla, ajedrezados o enrejados, e incorporando además algunos detalles en plata y seda. En los distintos procesos de elaboración de todas las piezas se han invertido un total de seiscientas noventa y tres horas, correspondiendo quinientas noventa y tres a los trabajos de bordado y cien, a los de costura.

El presidente de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, Miguel Ángel Peña Lorente, ha querido “agradecer al sacerdote Don José Miguel Jiménez Atiénzar la elección de los talleres de nuestra hermandad para la elaboración de su casulla sacerdotal, un elemento que lo acompañará durante el desarrollo de su vocación y de cuya realización estamos muy orgullosos, teniendo claro que las manos de nuestras bordadoras son únicas e inigualables, y que solo el Paso Azul puede garantizar la ejecución de una pieza de este nivel según los procesos tradicionales del bordado lorquino”.