Junto a la cruz del señor estaba de pie su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: “Mujer ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Hijo ahí tienes a tu madre” – Jn. 19, 25-26

Oración en conmemoración del quinto de los siete dolores que sufrió María a lo largo de su vida:

¡Oh Virgen María! Madre Dolorosa y la más afligida de todas las madres: postrado a vuestras plantas, por los dolores que padecisteis en vuestra alma, en la vida, pasión y muerte de vuestro Santísimo Hijo, os pido perdón por mis pecados que fueron la causa principal de ellos, y la gracia de nunca más cometerlos. Amén.

Os compadezco, Señora, por los incomparables dolores que inundaron vuestro maternal corazón, al ver clavado en la Cruz a vuestro queridísimo Hijo, sin poderle dar una gota de alivio, y muerto por nuestros pecados; y me alegro de vuestra heroica fortaleza en poder sobrellevar tanto dolor y aflicción. Alcanzadme, os suplico, Madre Dolorosísima, que no sean en balde para mí la muerte de vuestro Hijo y vuestros profundos dolores.

Señor mío Jesucristo, por las cinco llagas que padecisteis en la Cruz, y por las innumerables que durante la Pasión, abrió el amor a los hombres en todo vuestro delicadísimo cuerpo, os pido, que, según vuestra misericordia, miréis con ojos propicios a los que redimisteis con vuestra preciosísima sangre, y nos conduzcáis a la Gloria Eterna. Amén.

Representaciones de este momento en el patrimonio del Paso Azul: