Terremoto.

El 11 de Mayo de 2011 dos fuertes terremotos provocaron enormes daños en la ciudad de Lorca. Los edificios históricos no fueron una excepción y el templo de San Francisco se vio gravemente afectado. Escasos minutos después, con el fin de salvaguardar el patrimonio de la Hermandad de Labradores, varios azules entraron en la iglesia y llevaron hasta el exterior las sagradas imágenes. Una vez fuera del templo y ante el temor de que se produjesen réplicas, se decidió trasladarlas a casas de particulares relacionados con el Paso Azul.

En los días posteriores y tras ver el buen estado que presentaba la casa de las Cariátides, se decidió llevar allí las tallas. En una de las estancias y sobre un improvisado altar se ubicó a la Stma. Virgen de los Dolores con el fin de que todos los lorquinos pudiesen comprobar que la venerada imagen se encontraba en buen estado y pudiese ser objeto de rezos y ruegos en tan difíciles momentos.

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Permanecería en esta emblemática casa de la calle Nogalte, propiedad de la Hermandad, hasta que concluyesen las obras de rehabilitación del templo de San Francisco.

Los enseres y el ajuar de la Stma. Virgen de los Dolores también se pusieron a salvo en casas de particulares, mientras que el trono labrado en plata se trasladó a la nave de la Hermandad de Labradores. El 18 de marzo de 2012 la Stma. Virgen de los Dolores regresó a la iglesia de San Francisco en un trono prestado por la Hermandad de la Curia, acompañada de todos sus portapasos y de miles de azules que se dieron cita para presenciar el histórico momento.

Estandarte.

Javi Martínez 2-2-2Ideado por el inmortal Francisco Cayuela en los primeros años del siglo pasado, el estandarte que precede a la Stma. Virgen de los Dolores en sus salidas procesionales es el paño conocido como «el Reflejo«. La imagen central del mismo reproduce fielmente a la Virgen de los Dolores tallada por Manuel Martínez desaparecida en 1936. Destaca además por ser el primer estandarte del mundo en el que se borda la imagen de la Virgen en sedas matizadas, conformando una obra de gran mérito e incalculable valor.

Reconocido en 2005 como Bien de Interés Cultural, fue restaurado en 2004 bajo la dirección de Joaquín Gimeno Mouliaá. Más información sobre este espectacular estandarte aquí.

Este paño recibe desde 2014 –año de su centenario– escolta de un tercio de nazarenos diseñados por Joaquín Bastida e inspirados en la cenefa del estandarte.

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Nazarenos.

A su paso por carrera la Virgen de los Dolores es acompañada por dos tercios diferentes de nazarenos. Por un lado encontramos los Nazarenos de la Virgen, que la preceden, y por otro los Nazarenos de los Siete Dolores, que siguen de cerca el camino del trono.

Nazarenos de la Virgen: realizados en el año 2000 bajo la dirección de José López Gimeno (sedas) y Joaquín Gimeno Mouliáa (oro), este grupo recupera la técnica de bordado utilizada durante la época clásica del bordado lorquino. El capuz, de terciopelo azul marino, concentra la mayor parte de los bordados en punto de oro y plata con calado desde el pecho hacia abajo. Son un total de doce.

Representan en su parte anterior escenas de la vida de la Virgen y en la posterior momentos de la Pasión de Jesucristo. Estas escenas fueron extraídas de cuadros ideados por pintores barrocos de la talla de Ribera, el Greco o Velázquez. El Paso Azul ponía a los pies de la Stma. Virgen de los Dolores algunas de las obras cumbre del Siglo de Oro español.

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Nazarenos de los Siete Dolores: obra de Joaquín Ruiz Guzmán y estrenados en 1987, estos siete nazarenos escoltan a la Virgen de los Dolores en su paso por la carrera. Los medallones de seda representan los Siete Dolores de la Virgen, siendo únicos en la Semana Santa lorquina por su modo de desfilar al caminar todos en línea y a la vez, manteniendo el paso y el ritmo.

Todo el conjunto va bordado en sedas y oro, figurando en la parte inferior de las túnicas diversos motivos en oro y, en la parte delantera, el corazón y el anagrama mariano. En la parte anterior del capuz encontramos el corazón y siete puñales que lo rodean, símbolo de la primitiva Hermandad de Labradores. En la espalda vemos escenas en seda con motivos alusivos a los respectivos dolores. Estos motivos en seda emplean un bordado muy plano, casi sin matizar, respondiendo a una estética de corte románico.

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Procesión de Viernes de Dolores.

Cada Viernes de Dolores, día de su Onomástica, la titular del Paso Azul desfila por las calles de Lorca de forma esplendorosa. Este día, el Paso Azul honra a su Virgen poniendo en escena una procesión enteramente religiosa, dedicando por completo el cortejo a Ella. Cientos de mujeres azules ataviadas con la tradicional mantilla española acompañan a la Dolorosa durante todo el trayecto y a la escolta de la imagen se suma el Escuadrón a Caballo de la Guardia Civil, considerado en nuestro país como el cuerpo de mayor rango a nivel protocolario.

Procesión de Viernes Santo.

El último desfile por la carrera de cada Semana Santa. Una apoteosis de luz, sonido y color a la que la Hermandad de Labradores pone cada año el broche de oro con la Reina del cielo. El cortejo de la Santísima Virgen de los dolores en la procesión de Viernes Santo comienza con el estandarte del Reflejo y sus nazarenos seguidos del tercio de nazarenos de la Virgen. Tras ellos, Nuestra Madre. Inmediatamente después del trono los nazarenos de los Siete Dolores, la A.M. Mater Dolorosa, la bandera de protocolo y el Presidente de la Hermandad junto con los mayordomos que han tomado parte en la procesión. Por último, la Caballería de escolta de la Virgen.


Texto: Antonio Mariano Hernández; Miriam Lorente; Juan Bautista Mateos; Daniel Navarro; Adrián Páez. Documentación: Archivo Paso Azul; Revista AZUL; GuiAzul; Perspectivas de la Semana Santa de Lorca; Apuntes Azules: Una visión diferente del Paso Azul; Apuntes para una historia del Paso Azul. Fotografías: Daniel Franco, Bartolomé García, Jaime Insa, Fco. Javier Martínez, La Verdad.

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