Artículo de José María Miñarro González, Presidente de la Hermandad de Labradores
Miguel Navarro una noche de Serenata

Nunca pensé que tendría que escribir unas palabras así, porque nunca pensé que se nos iría tan pronto, tan antes de tiempo. Miguel Navarro ya no está entre nosotros. Y no puedo decir que lo eche de menos, porque la verdad es que todavía no soy consciente de que haya muerto.

Como político fue un referente, una persona que tanto desde la Asamblea como desde la Alcaldía tuvo siempre la mejora de Lorca como obsesión. La Semana Santa de Lorca le debe mucho a Miguel. Su apoyo a nuestra fiesta máxima fue una constante durante toda su vida y, especialmente, durante los 13 años en que fue alcalde de la ciudad. De hecho no hay Paso en esta ciudad que no le esté agradecido y que no manifestara u homenajeara de forma pública a Miguel, quien además pregonó la Semana Santa de 1989. Pero su relación con el Paso Azul fue todavía más estrecha. El era azul a muerte y siempre estuvo a disposición de nuestra Hermandad para cuanto fuera necesario. Los azules lo nombramos Mayordomo de Honor, fue directivo, miembro del Consejo Asesor y uno de los primeros patronos de la Fundación Paso Azul. Cuando concluyó su carrera política no dudó en seguir comprometido con nuestro Paso y estaba siempre a disposición de los azules para cuanto pudiéramos necesitar.

Pero Miguel fue también mi amigo. Nos conocíamos de toda la vida del Barrio de San Cristóbal y ya a partir de 1994 forjamos una amistad que con los años fue a más. Los que teníamos la suerte de gozar de su confianza encontrábamos en él a un hombre inteligente, agradable, muy divertido, pero también firme en aquellas cosas en las que creía. Su fallecimiento es una pérdida enorme para sus amigos, para los azules y para toda Lorca.

Quiero dar mi más sentido pésame y el del Paso Azul que presido a su mujer, Concha, a sus hijos, Carmen, Concha, Lola, Encarna y Miguel, a sus familiares y a todos sus amigos, y lo hacemos desde el convencimiento de lo difícil que va a ser recuperarnos de esta pérdida tan señalada, porque Miguel, para quienes lo queríamos, será siempre insustituible.

Descansa en Paz, querido amigo.

José María Miñarro González
Presidente de la Hermandad de Labradores
Paso Azul

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