Año, 1914. Francisco Cayuela. Bien de Interés Cultural.
Realizado en: Raso, sedas, hilo de oro, hilo de plata, 230 x 155 cm.
Exposiciones: Ibero Americana Sevilla 1929; Universal (Sevilla 1992); In gloriam et decorem (Murcia 1997); Francisco Cayuela (Lorca, 2001).
Protagonista de la portada de la revista «PASIÓN» en 1969 y 1982:
Este bordado en sedas reproduce la imagen de la antigua Virgen de los Dolores tallada por Manuel Martínez en 1806 y lamentablemente desaparecida en 1936 durante la Guerra Civil.
El paño tiene forma acorazonada y sus medidas son 230 x 155 cm. Realizado sobre tejido de raso, con sedas pilicromas, hilo de oro e hilo de plata.
El estandarte en sí constituye la mayor expresión de la más pura técnica del bordado en sedas. Como vanguardia del arte del bordado estuvo presente en el Pabellón de la Región de Murcia en la Exposición Universal celebrada en Sevilla en 1992. Anteriormente formó parte, junto con los bordados ideados por Francisco Cayuela para el Cortejo de la Virgen de los Dolores, de la exposición en el pabellón de Murcia, la llamada «Casa de las Cañas», en la Expo Ibero Americana de Sevilla en 1929.
Originalmente pensado como parte delantera del dosel palio y posteriormente incorporado como frontal del trono de tal modo que la imagen de la dolorosa quedaba como reflejada en él, de ahí su nombre. El Reflejo formaba, junto con los paños el Ángel Velado, San Juan y La Magdalena, la serie de bordados diseñados por Cayuela para el entorno del trono e imagen de la Virgen de los Dolores, ahora todos ellos Bien de Interés Cultural (tienen la misma importancia y valoración que un Velázquez).
Diseñados para el entorno del trono, éste era por su diseño y estilo, un importante elemento del singular proyecto ejecutado por Cayuela para el mayor lucimiento de la Virgen. La imagen con su manto azul, acompañada por los paños ideados (Ángel velado pendiendo por la parte posterior del palio, San Juan y la Magdalena a los lados y el Reflejo colocado en la parte frontal del trono). Acompañada la Virgen con una cruz de plata corlada que sostenía un tul en el que se podía leer “Mater Dolorosa, crucem lacrimosa”.
Desde 1940 es llevado en procesión como estandarte.
En el estandarte la Dolorosa luce su nuevo manto realizado pocos años antes, así como la corona de plata dorada del siglo XVIII con motivos de la Pasión. Completamente bordado en sedas, la Virgen aparece rodeada de un coro de ángeles. En la parte superior se inscribe un medallón dorado enmarcado por ramas de laurel entrelazadas, con una leyenda que aporta datos sobre su realización (figuran los nombres del pintor, del director y de las personas que contribuyeron a la realización de la pieza, así como la fecha de ejecución).
Este estandarte es el primero en el mundo en el que se borda en sedas matizadas la imagen de la Virgen.
En esta obra podemos apreciar, de manera plena, la particular técnica del bordado en sedas matizadas propias de este artista, un puntillismo refinado y preciso que permite modelar formas, definir y difuminar rasgos y expresiones, así como detallar luces y brillos o la intensidad del colorido. En suma, un proceso artístico próximo a la pintura y enormemente complejo, en el que la aguja parece haber sustituido al pincel.
La aureola de plata sobredorada con motivos de la pasión que luce la efigie fue labrada en el siglo XVIII por el platero Vicente Albarracín, y que aún se conserva, desapareció durante la Guerra civil. Fue recuperada, el 30 de enero de 2002, gracias a un turista. La historia es que el hombre vio el estandarte y dijo que esa corona la había visto en una iglesia de Murcia. El Paso Azul comenzó entonces a investigar y encontró la corona en el ajuar de Nuestra Señora de la Luz en su Soledad, en la Iglesia de San Juan de Dios. Finalmente, la corona fue devuelta a la Hermandad de Labradores y es la corona que luce la Virgen cuando está en su camarín.
Tras la Virgen irradia una luz dorada, mientras que en la parte inferior, entre masas de vaporosas y redondeadas nubes, una cohorte de ángeles la envuelven en una atmósfera celestial, auténticos retratos tomados del natural que reproducen los rostros de las mujeres que participaron en su elaboración.
Detrás, dándole profundidad a la escena, asoman etéreas siluetas de ángeles en llamativos colores cuyos rasgos y formas evocan las figuras de Gustavo Doré que ilustran obras como la Biblia o la Divina Comedia.
El vestido actual de procesión de la virgen de los dolores está inspirado en el que se observa en el Reflejo. Estrenado un Viernes de Dolores, regalo de una Azul, se miró hasta el último detalle del bordado para que fuese fiel al que luce la Virgen en la obra de Cayuela.
La orla exhibe bordados en canutillo de oro con motivos ornamentales entrelazados a base de hojas de acanto y flores de formas acampanadas (mismos detalles que se han tomado para el diseño de los nuevos Nazarenos del Reflejo con motivo de su Centenario). Composición de gran brío y marcado barroquismo, similar a la de los estandartes de la Magdalena y San Juan. En el vértice inferior el Escudo de la Ciudad (espada y llave en plata) simbología representativa del municipio con motivo más allá de lo meramente religioso. La corona del escudo y las flores que lo flanquean incluyen leves puntadas en seda plateada que simulan pequeñas perlas. Penden 7 borlas de canutillo de oro que se añadieron cuando se transformó en estandarte.
TÉCNICA DE BORDADO:
Cayuela hace uso del punto indefinido ligado a la tradición de la seda matizada con sutiles puntadas que pretenden imitar pinceladas pictóricas y consiguen efectos muy similares a la pintura. La aguja parece sustituir al pincel.
En suma, un sistema nada rígido, que requiere gran habilidad y maestría técnica para conseguir los efectos de volumen, profundidad y claroscuro o las calidades matéricas de los elementos de la composición. Además se introduce las técnicas de velado para las sedas y un típico sombreado en las labores del oro.
Hay puntadas aplicadas en círculo para conseguir componer las formas y el volumen de las nubes, y utiliza hilo de plata en el filo de la espada para simular su argenta naturaleza metálica.
Señalar el uso de la hebra partida en algunas zonas en busca de mayor definición mediante una puntada más fina y exacta. Emplea el esfumato, es decir, aplica varias capas de puntos muy delicados en determinados lugares que dan lugar a contornos imprecisos en la transición del manto en relación al fondo o en las sobras del encaje del vestido.
También la técnica de veladuras para conseguir el degradado suave entre las zonas de sobra y las de luz, a base de diminutas puntadas que se van superponiendo sobre el fondo y suavizan los colores.
El taller estaba en la Calle Cueto, en la casa de Dª Maria Josefa Martinez de la Junta.
El estandarte fue restaurado por D. Joaquín Gimeno en el año 2004, donde se procedió a la retirada y cambio del oro y sedas dañadas para que el estandarte siga luciendo tan deslumbrante como que conserva a día de hoy.
Información y texto: Apuntes GuiAzul y libro «Centenario del Reflejo»
Fotógrafos: Huertas Díaz y Bartolo García
Imágenes de archivo: Archivos del Paso Azul y Archivo municipal del Ayuntamiento de Lorca